Lun 6 Feb 2006
Buenas y santas,
durante las pasadas fiestas de navidad hemos descubierto que cada año nos alejamos más de la verdadera tradición navideña y no conocemos su verdadero espíritu.
En una de nuestras visitas a gorronear a la familia, nos encontramos con ese entrañable instrumento navideño que es la zambomba. Hacía mucho que no veíamos una. De los tiempos en las monjas, probablemente. Nos llamó la curiosidad y la cogimos. Una vez en nuestras manos difícil fue evitar hacerla sonar, ….. se quedó en un intento.
El instrumento estaba duro, y el palo no se movía. Ningún sonido salía de ese instrumento. Mi pariente no salía de su asombro, y pronto empezó a reir.
Y es que una zambomba, señoras y señores, no se toca así. El palo no se desplaza, no hay agujero atraves del cual se cuela, va unido a la membrana. Para tocarla uno se debe humedecer la mano y asir el palo, moviéndola como quien se hace una paja, arriba y abajo. Los instrumentos de más “alta tecnología” incluso poseen un esponjilla en la que se puede poner agua para mantener durante más tiempo humedecido el palo.
Para nosotros ha sido todo un descubrimiento y estamos seguros que más de uno se encuentra en nuestra misma situación. Pero ahora ya hemos salido de esa ignorancia.
La información sobre como se construye una zambomba la podreís encontrar en la página de Luis A. Payno.
Un saludo.
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