Crónica de un viaje al pasado (I)

Buenas y santas,

después del viaje a Santa Lucía de la pasada semana, empieza aquí una crónica en primera persona del singular para hablar de impresiones y sensaciones. Ha sido un viaje para conocer mejor como está el pueblo y que piensa la gente de él. Amigos lectores, si ven que me desmadro demasiado perdonenme, pero he acabado el viaje un poco quemado.
Lo primero que debo decir es que los 800 km (aproximadamente) que separan Toulouse de León son cada día más comodos. Autopista puerta a puerta que se puede hacer en 7 horas. Hasta ahora el punto más farragoso era la travesía de Burgos, que hasta hace unos meses se tenía que atravesar de cabo a rabo lo cual suponía unos 30-40 minutos de “visita” a la capital castellana. Ahora ese paso no lleva más de 10 min por su circunvalación. Para mí todo esto se traduce en un viaje a la salida del curro, para llegar a casa antes de la medianoche, como cenicienta.

El día 1 madrugué para salir a dar un paseo a la montaña. Destino: el Cueto de San Mateo.

Hacía demasiados años que no subía, por lo menos 20 años. Salí desde el Paseo de Salinas donde la música tecno sonaba con fuerza en un bar (a las 8:30 h). Calle arriba llegué al economato y más adelante me encontré con el agujero que muestra la imagen.

Un furaco, que se decía antes, que podría tragarse a cualquiera. Junta Vecinal y Ayuntamiento están avisados, pero parece que esperan a las elecciones para hacer las obras. De momento no hay ni una señal de aviso y ya hay alguien que ha tenido un pequeño disgusto.

Continué en mi camino hacia la cima por el camino que ha balizado la gente de Pietraspie. El tiempo acompañó y por el camino me encontré con varios cazadores. Me enteré que recientemente se han matado una corza y su chivo. No todos los cazadores son así pero este tipo de noticicas le hace un flaco favor a la imagen de este deporte. Parece ser que además el coto no es accesible para todos los cazadores del pueblo y que se trata de algo ciertamente exclusivo.

Hice cumbre a las 11:05 h disfrutando de una maravillosa vista. Como recuerdo nos hemos traido esta foto junto a la cruz que el Club Collalampa instaló el 22 de diciembre de 1977.

La hazaña me costó mucho por la falta de costumbre y además unas buenas ampollas por no ir todo lo preparado que debería, pero mereció la pena.

Por la tarde tocaba cementerio. No se si es en todos los sitios así pero en Santa Lucía el día de Todos los Santos es un acto social difrazado de ceremonia religiosa. La gente vestida con sus últimas galas. Pero quizás soy solo yo que lo ve así.

Entre las gentes que me encontré un comentario me prestó especialmente, aquel que decía:

“Santa Lucía parece un pueblo robado, como si una banda de cuatreros lo hubiese asaltado la noche anterior”.

Para los que vivieron sus momentos dulces es desesperante ver el estado en el que lo están dejando. Cabe preguntarse si alguien se apunta a cambiarlo.

Un saludo

1 Comentario hasta el momento »

  1. Chiti dijo

    7 de Noviembre del 2006 a las 8:30 pm

    Bonito relato. Me gustó. Anduve mucho por ahí, sí.

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