¿Quienes serán?
Buenas y santas,
Alfonso Alfaro nos envió hace unas semanas esta poesía:
A los que miran desde afuera
y a veces quisieran estar adentro
les muestro el valor
envuelto en sufrimiento.
De cinco jóvenes que anhelaban llegar a ser hombres
y no flaquearon en el intento.Abriendo mis recuerdos a la mina he regresado
veo cinco caras negras caminando en sus entrañas
compañeros de labor con sudor congelado
huyendo del calor del fuego desatado.Se sienten atrapados a la misma condena
como cinco eslabones de una cadena.
Pisando en el barro, mirando sus huellas
sucias sus caras, turbias sus penas
la luz de sus focos camina con ellas.Hermanos de sangre, de madre una tierra
que transforma a sus hijos en hombres de peña
duros de cuerpo, de ira pequeña.El polvo caliente que el aire levanta del suelo
se pega en su ropas, la cara y el pelo
enturbia sus ojos llorosos de anhelo
mirar hacia atrás, ¿ Quién iba el primero ?…Todo en silencio ni un solo sonido
para perder el aliento si no ves a un amigo.
Ansiedad de saber la vida en sus manos
fugaz vibración de muerte en el aire
no fue una ilusión sino un desgarramiento
cinco hombres heridos del mismo pensamiento.Corrían cinco fantasmas por aquella galería
el aire se impregnó con ceniza humeante
calor y metano ofreciéndose como tragedia alocada
la sangre que se agolpa en la mejilla
de pronto les nubla la mirada.
¡Con qué lentitud las llamas queman!
luchando contra todo, contra nada y sus horrores.A esos hombres de nervios bien fornidos
ágiles, desenvueltos, alentados
animosos, valientes, atrevidos
duros en el tajo y sufridores.
La muerte les saca sus temores
con un aire que arroyaba los sentidos
entre el fuego la tierra y sus temblores.Todo pasó y la calma llegó … no era el día.
así lo dijeron
como amigos entraron
como hermanos salieron.Desde entonces tienen la certeza
que algo en ellos se muere todos los días
y es tal su desconcierto
que ante una muerte próxima imaginan
que muchas veces en la vida… han muertoTal vez piensan que quizá
al cabo de muchos años
nadie los conocerá
y un extraño a otros extraños dirá.«¿Quienes serán?» .
Gracias otra vez Alfonso.
Un saludo