Buenas y santas,

reconozco que estoy ilusionado con la idea de ver pasar una caravana que es algo mas que deporte, que esta en la cultura de este país.

La semana pasada me enteré de que el Tour de France pasaba a las puertas de casa. No me sorprendío ver las maquinas limpiar los arcenes de la carretera ni nuevos y relucientes paneles para indicar la entrada en la provincia del Alto Garona, cuya capital es Toulouse (Tolosa).

Durante toda esta semana se ha ido haciendo más evidente la llegada de un evento que traspaso lo meramente deportivo. Todo el mundo habla de ello, de la caravana publicitaria, de la velocidad a la que pasan los corredores y de la fiesta que rodea a la “Grande Boucle” en cada pueblo por el que atraviesa.

Yo recuerdo muy vagamente la última vez que presencie el paso de la Vuelta a España. Creo recordar que era una etapa con final en Brañilín y la carretera estaba cortada en Busdongo. Subimos hasta el puerto andando para poder disfrutar de la subida a Pajares en la rampa del 17 %.

Todo mi interés por este deporte ha ido disminuyendo a medida que el EPO y las autotrasfusiones han ido haciendo caer a cada uno de los “idolos” de este deporte.

El Tour lleva años agonizando deportivamente hablando por culpa de los fármacos, pero continua teniendo un gran tirón social y supone un escaparate único para que el mundo se siga enamorando de la belleza de este país.

Una particularidad tecnológica para la edición de este año. Si bien en ediciones anteriores ya era posible seguir el recorrido del Tour en Google Earth, este año Google Maps ha incluido, por primera vez fuera de los Estados Unidos, la capa Street View para poder visualizar desde la web cada uno de los rincones por los que pasarán los ciclistas con imagenes en 360°. Una curiosidad más del mundo google.

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Un saludo

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